Galletas de mantequilla de cacahuete

Ummm... extrañas pero ricas...

Por casualidad comprando en el súper di con un bote de mantequilla de cacahuete, fue verlo... y pensar en Jorge (mi grandullón).. la de veces que hojeando mis libros juntos, me ha dicho.. ¡qué ricas tienen que estar!

Pues esa misma noche me puse manos a la obra para darle la sorpresa para desayunar. Son fáciles de hacer, no muy laboriosas y ricas, ricas. Eso sí, no son para nada dulces. Como bien dice su nombre, son galletas de cacahuete y como tal saben. Son del libro de Bea Roque, cómo no... en mi casa ya es un imprescindible.

Empezamos con los ingredientes:



- 315 gr. mantequilla de cacahuete (crunchy, con trocitos)
- 125 gr. mantequilla derretida
- 105 gr. de azúcar moreno
- 125 gr. de azúcar
- 1 huevo L
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 220 gr. de harina
- 1/2 cucharadita de levadura royal
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1/2 cucharadita de sal

Primero batimos la mantequilla derretida, la mantequilla de cacahuete, los dos tipos de azúcar, el huevo y el extracto de vainilla hasta que tenemos una mezcla homogénea.

Por otro lado en un bol tamizamos la harina, la levadura, el bicarbonato y la sal. Lo incorporamos  a la mezcla anterior batiendo a velocidad baja hasta que está más o menos integrado. El aspecto que presenta es una masa muy desligada.

Con la mano vamos amasando pequeñas bolitas. Para que todas las galletas tengan el mismo tamaño, me ayudo de la cuchara de servir helado. Aplasto cada bolita con el culo de un vaso y por último con el sello (esta vez de HOME MADE) aplasto hasta que tengo un grosor más o menos de medio cm.

Las voy poniendo sobre una bandeja de galletas, no es necesario poner debajo papel de hornear y metemos directamente al congelador una hora para evitar que al hornearlas se expandan mucho y pierdan la forma que las hemos dado.

Cuando ya ha pasado el tiempo, precalentamos el horno a 180 ºC. Directamente del congelador pasamos al horno. Las horneamos unos 15 minutos hasta que la base la vemos ligeramente doradita.

Por último las dejamos enfriar unos 5 minutos sobre la bandeja y después totalmente sobre la rejilla.

Y ya están listas para merendar, eso sí, con una que te comas tienes energía para el resto del día.

Espero que os haya gustado, es una merienda diferente e indicada para los menos golosos.



Ana.